miércoles, 18 de enero de 2012

La cultura casuals (I)



Durante muchos años ha sido algo desconocido para la el público en general y ahora, quizás lo sea, pero mucho menos. Es un movimiento que está creciendo mucho últimamente en los campos europeos y sobre todo en España. Se trata de los llamados casuals.
Se trata de un seguidor de fútbol que no tiene nada que envidiar a un hooligan o a un ultra en cuanto al tipo de comportamiento dentro y fuera del estadio se refiere, pero que a simple vista denotan otro tipo de ‘personaje’. Un personaje que es vigilado por la policía igual que los anteriormente comentados por su conocimiento de la situación, no por la apariencia que tienen. Hacen de la ropa su propia cultura.
Se puede pensar que se ha extendido hasta nuestros días para que estos a estos violentos no se les reconozca con facilidad, al menos las fuerzas del orden, pero en numerosas ocasiones han salido a la palestra aficionados de este estilo señalando que es simplemente su estilo de vida.
El movimiento ya ha sido analizado por psicólogos y sociólogos ya que tiene mucho que ver con la cultura juvenil que se respiraba en Inglaterra en esa época y porque se ha extendido de manera increíble, primero por Gran Bretaña y luego por Europa.
Todo comenzó según los estudios que se han realizado a finales de los años 70, cuando un grupo de seguidores del Liverpool viajaron a Europa para ver un partido de su equipo. Allí encontraron ropa de marcas que no les era de fácil acceso en su país de origen como Fila, Lacoste o Kappa.
El equipo ‘red’ era el gran dominador de los equipos ingleses en esos tiempos y por tanto sus hinchas se desplazaban a cualquier lugar para verlo y de paso comprarse ropa distinta de la que ya tenían. Así, poco a poco, los aficionados que visitaban Anfield veían que sus rivales en la grada tenían un aspecto distinto y optaron por copiarlo.
Su obsesión por las determinadas marcas era tal, que en ocasiones los responsables de la ropa que vestían tuvieron que salir al paso diciendo que su ropa no era para los casuals, ya que a estos seguidores siempre, o al menos en todos aquellos años, se les relacionaba con la violencia y las peleas masivas.
Esto llevó a que la policía se infiltrara en las firms británicas (grupos casuals). Una de las acciones más sonadas contra estos seguidores se produjo en Londres en 1986 cuando fueron arrestados 7 hooligans del Chelsea a los que también registraron sus casas encontrando armas blancas y propaganda de la National Front. Sin embargo, la llamada “Operación Red Card” fue en la que mayor número de casuals se vieron implicados. La policía registró el domicilio de 67 personas de las que detuvieron a 49, todas ellas pertenecientes a una firm del Birmingham.
Después de la Copa de Europa en 1980 entre el Liverpool y el Aberdeen escocés, esa cultura se adentró de lleno en este país. De hecho este equipo fue el que mayor número de seguidores casuals concentró en sus gradas y eso hizo que éstos fueran temidos tanto en su propio campo como fuera de él, en los desplazamientos. Hacían de las calles su ley y las peleas contra otras pandillas eran habituales cada semana.
La música también les influyó y ese fue uno de los motivos por los que aquellos locos guerreros fueron lentamente dejando su espacio en las gradas de los campos. La tragedia de Hillsborough en la que 96 hinchas del Liverpool perdieron la vida fue un punto de inflexión también. La policía empezó a tomar más medidas y eso los aminoró.
Todo fue como una especie de burbuja que duró cerca de 10 años en la que los jóvenes británicos se dieron a conocer al mundo de una manera algo denunciable, pero que creó una especie de escuela que todavía continúa, aunque algo más relajada.